domingo, 28 de octubre de 2012

Santiago

Hace tiempo, Santiago me dio cinco años de su tiempo. Me puso delante letras inolvidadas. Partió en mi mesa su cazuela ancestralmente humilde y me buscó amigos de los mejores: esos tercos sin cura que aun de lejos persisten en intercambiarme afectos.

Me sumergió en su mar, que es grande sin renunciar a arenas plebeyísimas, o precisamente por no hacerlo. Sin embargo me hizo un regalo mayor: su Sierra, “maéstrica” mole de azulados verdes que mis ojos llanos no se cansaron de ad/mirar. Todavía, cuando a ratos me aburre la sabana, la memoria fabrica un suspiro:

—¡Santiago…!

Soy intransigente: no acepto que nadie sacuda, ahogue, evacue mis recuerdos más míos; nadie… llámese Sandy o vista de huracán. Aun menos acepto la traición: casi todos esperábamos que la herida a Santiago vendría del empujón de oculto terremoto y ha llegado, así, como si nada, con agua y remolino.

Cuando este ciclón pasó y mató, cuando dio voz de luto a la corneta china, cuando tiñó de negro la falda de las lomas y decretó un toque de queda a las botellas, yo me sentí, a 400 kilómetros, un damnificado más, un nagüe o un negüere, un amigo tozudo que hoy le brinda su larga llanura para que descanse y alivie sus heridas. Yo le devuelvo lejanos abrazos mientras armo, para animarle, las mejores ocho letras que conozco:

—¡Santiago…!

8 comentarios:

  1. También me duelen esas heridas que produjo Sandy. Un saludo desde el oasisdeisa.wordpress.com

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  2. Gracias por compartir esa sensación y acercarte a mi blog. Un saludo.

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  3. Un abrazo de hermano latinoamericano, siento mucho este desastre que siempre pega duro allí por donde pase, las fuerzas que a veces se dan naturales y otras inducidas por los malos manejos de la tierra. Aquí, en nuestra Argentina, salvo los medios que corresponden al mejor sentir nacional, no expresaron la catástrofe cubana, sí la de Estados Unidos. Desde un rincón argento vaya mi solidaridad provinciana, Santa Fe, el estado de Ernesto Guevara.

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  4. Gracias, José, por su solidaridad de individuo, la que más vale, por ser más sincera. Ciertamente, los grandes medios no han hablado mucho de esta desgracia cubana, pero ya trabajamos para erguirnos como podamos. Venezuela está prestando una gran ayuda y el jueves llegó un avión de Rusia con ayuda. No tengo muchas más noticias similares. Su saludo reconforta como una carga de alimento o medicina.

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  5. Mila: Gracias por este sentir que también es el mío, solo que tú lo dices mejor. En Santiago de Cuba estudié como tú y duele cada imagen, cada destrozo. Sandy no sabe lo que hizo, pero nosotros los cubanos y otros que no lo son sí lo sabemos aunque algunos hayan querido opacar tan terrible suceso al "competir" con otro, con ese "poderoso" y que nosotros también sentimos las desgracias de su pueblo. Besitos...

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    1. Gracias, Cuqui. Yo sé que somos muchos los que en Camagüey sentimos lo de Santiago. Además de cubanos, eso es ser agradecidos.

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  6. Lo más triste es la muerte... y las de allá fueron desoladoras.
    Un beso con lágrimas es lo que envío.

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  7. Mar, sé que tu beso aliviará la pena de Santiago. Gracias.

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