viernes, 16 de septiembre de 2011

Espejuelos

Está probado oftalmológicamente: los cubanos sentimos una atracción atávica, inexplicable y poética por los espejuelos. Delictiva, cuando hace falta. Nuestro amor es ciego: para hacer más retorcida la relación, nos gustan sobre todo los que no tienen cristales.

Algún secreto admirador se apropió más de una vez de los espejuelos que más de una vez los médicos de la Isla le recetaran al John Lennon que mira entre armaduras levantarse y caer los soles broncíneos que alumbran La Habana. Al cabo, sucedió lo que nadie podía “imayinarse”: el exbeatle, que ya de por sí habrá de sufrir lejos de casa, lejos de Yoko, se ve obligado a escuchar la perenne descarga de custodios cubanos que muy probablemente no tienen como fuerte la poesía. Lo más triste es que sabe qué es lo que cuidan realmente: no lo protegen a él; preservan sus espejuelos. 

Hay otras víctimas. En mi natal Camagüey alguien tomó regalados los espejuelos de Mariano Barberán, el audaz aviador español que en 1933 brincó el Atlántico con lentes y sin miedo, junto con su hermano de hazaña Joaquín Collar. Tal vez porque Don Mariano no era una estrella del pop, aquí no hubo reposición y ahora el hombre del busto está impedido de volar, como águila sin alas, no porque al regresar un accidente le llevara la vida, sino porque al cavilar un delincuente le robara los espejuelos.

El colmo de esta afición lo viví hace poco en un lugar muy cercano. Sobre una mesa hay colocada una pequeña escultura cerámica de Nicolás Guillén, el camagüeyano que, a rítmico golpe de versos, se convirtió en Poeta Nacional. Guillén está sentado, con un libro en su mano derecha, entreabierta su bemba de gran negro decidor, las piernas cruzadas en pose vaciladora. Uno lo mira y escucha sus sones, uno siente en seguida que es mucho Guillén este Nicolás. Pero quizás leyendo su libro, soñando su musa, en algún instante el bardo se vio adormilado y pestañeó... Parece que fue entonces cuando alguien de veloz inspiración le llevó los espejuelos.

4 comentarios:

  1. Genial!!! absurda manía de robarle a los espíritus.. un besi

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  2. Son cosas del "folclor", Melissa. Por si acaso, cuida tus espejuelos. Un beso.

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  3. Ja ja ja ando riendo a carcajadas... suspenso... sostengo mis lentes, pero...tranquila, estoy en casa.

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  4. Cuídelos de todos modos. La precaución no está de más.

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