Desde que tengo uso de paladar, los mangos son para mí almanaques con semillas.
Cuando niño, marcaban mejor que nada la bendita estación de las lluvias, la merienda barata y hasta gratuita, los meses de vacaciones en los que sobraba el tiempo para subirse a las matas, comer allá arriba una buena cantidad, ver caer las cáscaras con despreocupada gravedad entre las ramas y a veces, por pura solidaridad con el árbol herido, lanzarme yo mismo como fruta vencida.
Cada uno por nuestras hojas, crecimos, el árbol y yo. Y, de grandes, cambiaron algunas cosas: no sé cómo me verá, pero él se parece ahora a los hermosos calendarios turísticos que invitan a lejanos paraísos, ubicados más allá del más allá, una vez brincada la tapia del último horizonte.
Los mangos marcan la decadencia y caída de salarios que ni en cosecha permiten tenerlos de lunes a domingo, de almuerzo a comida, de goce a indigestión.
Tengo el índice derecho varado en el tiempo del mangofrutaprohibida, ese reloj casi atómico que me obliga a buscar en mi pared personal días ya usados para lamer, en esta madura cara de niño, el dulzor amarillo de frutas de ayer.
Qué bien!!! si encuentro alguno, salido de época, se lo guardo, y por debajo de alguna crónica, o junto al mar, se lo regalo... acá en el sur. Besos
ResponderEliminarPues sí, este año yo no pude comer casi mangos... Y pensar que en mi infancia también marcaban mi almanaque. Un abrazo, te leo...
ResponderEliminarMelissa: Tú lo prometiste, así que si no aparece el mango, tendrás que dármelo en conserva. Un beso.
ResponderEliminarYuris: Gracias. También leo tus microcrónicas de macroinspiraciones. Parece que el susodicho va pasando a la larga lista de criollísimas frutas exóticas. Que nos quedamos sin almanaque. Le zumba...
ResponderEliminar¡Qué rico cuando llegan los días de mangos! Para comérselos a la sombra de su árbol y embarrarse como niños, porque así se goza más. Gracias, Enrique, por el dulce jugo de tus letras.
ResponderEliminarAnays
Gracias, Anays, por subir otra vez a esta mata que, en lugar de frutas, para caimanes enanos. Un beso.
ResponderEliminarQu'e vivan los mangos, los batiditos, juguitos, y todas las variedades de esa fruta tropical que es bien deliciosa y muy popular en Cuba...les regalo una recetica...
ResponderEliminarCómo hacer Mermelada de mango :
Lava bien todas las frutas y pélalas. Pica de cada una todas las tajadas que puedas, colócalas en una cazuela, cúbrelas de agua (que queden bajo el agua, no más) y ponlas a hervir.
Cuando las sientas blandas agrega azúcar a tu gusto y deja que hierva otro poco.
Espera que se enfríe, pásalo por la batidora y cuélalo; ponla en un pozuelo de cristal y déjala enfriar, sírvela con queso.Deliciosa!!!!!!!!!!
Gracias por la receta, aunque debo confesarte que así, virtual, me supo algo amarga. No dudo de que en vivo sea mejor.
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