lunes, 24 de octubre de 2011

La señal

Alto como es, y claro como quisiera ser (porque, señores, si fuera blanco, se sentiría, se sentaría, más a trono con su tono), Barack Obama lo dijo cuando la sangre de su antiguo amigo Gaddafi aún no secaba bajo el violento sol de Sirte:
 
—Esto es una señal.
 
Y en efecto, a partir de un cuadro en que los “cruzados” son a la vez los bárbaros, y se paga recompensas de Gobierno por matar, y los Nobel bombardean, y el petróleo cotiza por encima de la sangre, y en Washington, Reino Unido, Alemania y Francia se celebra a copa alta un asesinato conveniente, y los líderes pretenden cesantear a los fiscales, y tantas “y” que dan nauseas… el mundo tiene un anticipo del reality show que nos preparan los ilustres oradores de la ONU.
 
Don Obama no pudo decirnos verdad mayor: esto es una señal.

6 comentarios:

  1. Es cierto, no sé aún cómo existe ese mundo, no lo sé. Besos grandes, geniales letras

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  2. Esa es la pregunta, Melissa. ¿Cuánto tiempo tendrá nuestra especie para rectificar? Un beso.

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  3. Enrique, sabes siempre encontrar lo más fascinante e intenso. Siempre me alcanzan tus palabras. Y sí, parece una señal de que algo va mal con nosotros, con los humanos. Era aterrorizante ver como algunos disfrutaban fografiarse con el cuerpo sin vida de Gaddafi, como enseñando un trofeo.
    "Se ha de tener fe en lo mejor del hombre, y desconfiar de lo peor de él."
    Gracias por tus letras...
    Anays

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  4. Anays: Ante el horror de eso peor tan abundante, me sostiene esa fe, delgada y poderosa. Gracias por tus ánimos buenos.

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  5. Los campeones de la libertad, como ellos se autotitulan, están cebados en sangre desde su nacimiento, ellos glorifican su pasado de guerras intestinas y de las otras, donde las fronteras fueron y son simples trámites para meterse en tierras ajenas y asuntos que no le competen. Obama es peor que Bush, el Jorge W, similar a su padre. Gracias por dejar expuestos vuestros pensamientos. Abrazo

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    1. Gracias a ti, José. Es verdad: tamaña arrogancia es el peor terrorismo que conoce el mundo.

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