viernes, 7 de octubre de 2011

Otoño

Se supone que debiéramos estar en otoño. Pero en Cuba no hay otoños. No es que se los llevaran; es que jamás los trajeron. Los españoles no nos mostraron el suyo, los yanquis nunca nos introdujeron las hojas de esa estación y la difunta soviética ―algo tosca, pero siempre dadivosa con la Isla―, no se percató de que un poco de su oceHb no nos vendría nada mal. Bien que lo admito: fabricar un otoño es algo que excede las fuerzas de un cubano.
 
Claro que entiendo. El otoño es un trozo de tiempo de nariz respingada que usa espejuelos y reloj de bolsillo y convoca a un buen té de horas exactas. Vaya, lo que se dice un tío muy fino él. ¿Qué haría un país tercermundista con un otoño de esos, tan plástico, tan bien vestido,  tan elegante...? ¿Para qué más ramas al viento en pueblos donde tanto más ya está cayendo?
 
Solo que en esta caliente parodia de tiempo de seca y lluvia, de lluvia seca y quizás viceversa, a menudo uno se pone exigente y pretende que la nieve se atreva de una buena vez a invadirnos, precedida por ese comando de hojas paracaidistas que los que viajan el mundo llaman otoño.

10 comentarios:

  1. Ja ja ja. ..qué ingenioso, te descubrí y me has tenido toda la tarde removiendo cookies y administrando tareas para que firefox me deje leerte, cuánto disfruto tu pluma, tanto que hasta me puse exigente y al terminar Otoño me pregunté..When the hell is Winter coming???

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  2. Qué lindo sería un otoño con nuestras letras caminando de la mano!!!!!.... jajja, bello, un besi

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  3. Gracias públicas para Anónimo. Reconforta encontrar con quien compartir cualquier cosa, estas letras, por ejemplo. Espero que las que vengan después me ayuden a no perderme sus visitas.

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  4. Melissa: Cuando las letras, como las tuyas, son sinceras, tienen compañia en todas las estaciones. Un beso.

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  5. Ay Mila, nosotros los flemáticos convulsos solemos extrañar los otoños que ni conocemos. A mi también me habría encantado vivir este "tío-clima" raro y bohemio, para usar alguna bufanda sin lucir ridícula y para invitarte a un buen chocolate caliente jajajaja
    María Antonieta

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  6. Bueno, María Antonieta, podemos empezar por el chocolate. Quién sabe si así tumbemos unas cuantas hojas.

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  7. María Nela Pereyra11 de octubre de 2011, 14:48

    Hermoso!!!!

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  8. Gracias, María Nela, por acompañarme en esta estación imaginada.

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  9. Mila:
    Yo soy anómina para poder escribirte, porque este blog tuyo no me deja hacerlo de otra manera, pero públicamente, Baby te dice que también me encantaría un otoño en la camagüeyana plaza de San Juan de Dios, por ejemplo, o en el Casino Campestre y su bella arboleda cambiando de color.

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  10. Bien, Baby: Vamos a hacer una colecta y proponerle al municipio que compre un otoño bueno, bonito y barato. Podemos emplazarlo en cualquiera de esos sitios que propones. Gracias.

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