viernes, 9 de septiembre de 2011

Odios

Juro que no entiendo mucho de odios. Ni del que llega de afuera, en enormes contenedores con letras en inglés, ni del criollo y mestizo de mi barrio o mi trabajo que se hace aquí, quizás para sustituir importaciones.

Es incapacidad congénita, señores: no sé cómo se sienten ni cómo se pronuncian esos odios. Pero, pese a la amarga tentación, no quiero leer nunca sus catálogos.

4 comentarios:

  1. Genial!!!... y nunca, nunca deje de "no" leer esos catálogos, un besi

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  2. Trataré, Melissa, con tu limpia ayuda y la de otros, pero el dragón de la foto se las trae.

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  3. Ignora a ese dragón. Que los odios no empañen tu corazón ni tu talento. Baby

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  4. Eso hago, Baby. Estoy pasando una maestría sobre el tema. Gracias por tu ya larga (y transparente) compañía.

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