Pese a la aplicación de toda la matrícula, ningún alumno mostraba prisa por graduarse. Corría el rumor de que en el último examen de canto coral los estudiantes lograban notas magníficas, pero irrepetibles. Ningún cerdo sobrevivía al afilado instrumento del maestro de ceremonias.
Ufff... menos mal que a mi no me gusta cantar!!!
ResponderEliminarBueno, no te preocupes por eso. Aunque cantaras muy bien, yo (que ni en la ducha...) te desaprobaría siempre con tal de mantenerte de alta en el aula.
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