La
familia es el lexema de la vida. Pese a los añadidos de la
existencia, pese a los accidentes afectivos, pese a los géneros y
los números y las desinencias de los actos ajenos, pese a los
prefijos de los prejuicios y los sufijos del rencor, la familia es la
unidad mínima con significado semántico. Es lo que no varía, lo
irreductible, lo que da una idea precisa de los motivos para seguir y
explica con letra llana qué somos realmente. Pocas cosas hay tan
claras en mi manual: en la Gramática de las almas, la familia es la
raíz.
Ay, Mila... tú como siempre dejándonos sin Lingüística.
ResponderEliminarNo soy yo. Es la familia, Daicar, la que nos deja sin habla. Gracias.
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