martes, 26 de octubre de 2010

Voleibol

Estados Unidos ha dado muy buenos equipos y su sexteta masculina es la campeona olímpica vigente, sin embargo en la Casa Blanca no saben nada de voleibol. Con Barack Obama, el espigado atacador opuesto que lleva el número 44 en su camiseta presidencial, ya suman once  los jerarcas que han jugado el patético partido —da igual si Republicano o si Demócrata— de poner en aprietos frente a sus jugadas de engaño al rival que se inventaron.

Cada año, los comentaristas en la ONU ponen reparos a este encuentro porque normalmente un equipo ataca y el otro bloquea. Aquí no: el mismo atacador hace el bloqueo porque pretende impedir que cualquier cosa, hasta un inofensivo balón lleno de... aire, llegue al terreno de Cuba.

Quieren prohibirle hasta el aire a esos voleibolistas valientes que no se rinden al otro lado de una net que más bien parece telaraña. De modo que en esta disputa mundial la Mikasa apenas sale de la cancha del más fuerte. Pero los marcadores sugieren que hay más pelotas en el terreno de los bloqueados.  

2 comentarios:

  1. Manuel Alberto Ramy26 de octubre de 2010, 9:00

    Excelente. Desde hace un par de semanas sigo con sumo placer sus trabajos. Agudeza y elegancia lo definen.Su caimán aunque no tenga dientes muerde donde debe. Mis saludos, Manuel Alberto Ramy, editor de la versión en español de Progreso Weekly/Semanal.

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  2. Gracias, Manuel Alberto: También yo sigo vuestro trabajo desde hace una semana, más o menos. A propósito, le reitero una observación que les hice. Ya que me publican, cosa que agradezco, les pido por favor que rectifiquen la referencia a mi blog. Han puesto El caimán sin dientes, cuando en realidad es El caimán sin muela (que pretende sugerir el conocido ícono de que Cuba parece un caimán, o un lagarto, o un cocodrilo... pero sin "muela", que aquí significa "teque" o discurso largo).
    Si tiene tiempo y deseo le invito a ver mi otro blog: Buscando a Pepe Martí, diferente en muchas cosas a este caimán.
    Un saludo
    Enrique Milanés León

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