viernes, 14 de diciembre de 2012

La guerra del reguetón

Desde un bando y otro los tambores llaman al combate. ¿La causa?: una letra torcida, un fonema grosero, un lexema sin alma, unas presentaciones más sonantes que cantantes, un fotograma a medio vestir y loco por desnudarse. La reciente declaración de un funcionario pudiera interpretarse como el primer disparo, pero dudo que atrás lleguen las ráfagas.

Hay polémica en Cuba acerca de los textos y las imágenes que acompañan no pocos reguetones. Llegan como por arte de birbirloque a los grandes medios y seducen rápidamente a las grandes masas, que por motivos mayores tienen caderas sensibles al insulto.

Con los músicos no... yo siempre digo. Por dinero que hagan (y que hacen), por patéticos epítetos que se pongan y se crean creerse, por los giros extraños y las lejanas giras, por las mansiones sin pasiones y los gigantes que guardan sus espaldas de nadie sabe qué amenaza, por los autos de lujo que atropellan mil honras, por el oro abundante que encadene sus vidas desde el cuello, por las muchas “jevitas” y “jevitos” y los ambos inclusive (si existieran)... los groseros cantantes no dejan de ser simples mulas de carga de esta droga.

Hay también mucha música buena, mucho verso entonado en esta Isla para halar el asunto por los pelos. Igual que pasa y pesa con la marihuana y otras hierbas, vale aquí lo que siempre Latinoamérica replica a los yanquis: si no hubiera consumo se paraba la droga.

A mí, de veras, lo que más me preocupa es el público. Es por eso que digo —y hasta canto si es que alguien perdona mi aburrida pobreza en groserías—, que esta guerra es pamplina si no la comienzan en casa y en la escuela padres y maestros bien almados que enseñen a los niños los acordes exactos del respeto, la cadencia precisa del amor.

6 comentarios:

  1. Enrique, no todo el reguetón es malo. Me canso de decirlo: generalizar es siempre equivocarse.

    Mira a Calle 13, hacen reguetón... y es muy bueno.
    Se tú como tu post, más tolerante.

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    1. Mar, ¿no es eso lo que dije? Es cierto, yo me equivoco todos los días, pero la idea central del post no son precisamente los buenos reguetones; esos que, gusten o no, jamás agreden. Porque tampoco todo el reguetón es bueno. ¿O sí?
      Si no fue demasiado fallido mi disparo, traté de aprovechar una noticia para reseñar un problema real, "emprendíéndola" no contra un fulano sino contra una causa que se sale de la música, cubre mucho más allá y por ello, en buena parte, exonera a unos cuantos.
      A mí me preocupa más la educación de cada día. Creía que eso se dejaba ver. Claro que no se puede generalizar. Tengo bastante de Calle 13 para convencerme a cada rato. Me gusta mucho Danay Suárez, aunque su línea es amplísima (o precisamente por eso). Ojalá un día podamos escuchar algo juntos. ¿Te embullas? No me vayas a subir tu marea. Un beso.

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  2. Coincidimos mucho, amigo, y sí, Calle 13 es la vanguardia de algunas cosas buenas, pero hay de todo en la viña del señor y ojala no todo se desmadre. Las infanterías de las minorías poderosas hacen su trabajo, los patrones?, bien, gracias, detrás de sus escritorios pidiendo la renta a sus contadores. Siempre vale estar vigilante o alerta, cambio el término por si el otro mete miedo, jaj, un abrazo compañero de mi Cuba que voy conociendo a la distancia, por este medio bloguero, porque me interesa la médula de un país, que es su gente. Hasta otra.

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  3. Gracias, José. Por desgracia, este es un problema bastante extendido en el mundo. La frivolidad, además de mantenerse, se está poniendo agresiva. Por fortuna para los cubanos, aquí todavía muchísima gente se preocupa por este tipo de cosas. Al menos yo, cuando veo frutos secos trato de mirar qué tal va la semilla. Y no soy para nada el único. No nos faltan por acá excelentes músicos, excelentes letras (aun en el reguetón) que recuerdan que podemos mejorar. Un saludo.

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  4. EL REGGUETON..es una consecuencia de la mala educacion ...educacion sin gusto...ALTROZO!!

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    1. Gracias, Senelio, por su opinión. Deslindando músicas y músicos, letras y atracos, es cierto que hay ejemplos que hablan mal de algunos. Imagino que los artistas serios que cultivan esta modalidad musical sean los primeros ofendidos por las piezas de sus "colegas". Un saludo.

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