viernes, 24 de septiembre de 2010

Marketing

El Diablo buscó en la guía comercial. Estaba aburrido de comprar pobres almillas y quiso lanzarse a lo grande. En el libraco, luego de llenarse los ojos de millones, se decidió por Mister X, un alto ejecutivo de una firma de éxito. Regateó con sus diabluras características y por fin le ganó la puja a Dios. Bajada  de urgencia, tomada entre sus patas con un calor inusual, el Diablo vio cómo el alma del mister se le quebraba en mil pedazos. Nadie le advirtió que Lehman Brothers fue a la bancarrota.

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