domingo, 17 de junio de 2012

Por si acaso...

Porque de ancianos todos somos de nuevo un poco niños, el bello cisne se suicidó: temía que, de viejo, regresara su look de patito feo.

10 comentarios:

  1. Ya te propuse matrimonio... cuándo acabas de venir a buscarme. Me quiero casar con un genio!!!

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  2. Y yo me quiero casar con el Mar. Descuida, que el día que me lo crea seré el primer no inglés que tomará La Habana.

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    1. Jajajaja, y formamos un tsunami en la bahía.

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    2. Bien, y nuestro testigo de bodas será el Doctor Rubiera.

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    3. ah, y la madrina puede ser la muchacha que lanza botellas al mar, ¿verdad?

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    4. Sea, Leydi, pero ese día quiero botellas plásticas: nada de arma blanca, ni verde, ni ámbar, en suceso tan especial.

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    5. Cómo que sin botellas? que va!! ese día lanzamos al mar millones de mensajes.

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  3. No hay problemas. Ya Leydi se ofreció, y en eso de lanzar botellas ella es una autoridad.

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  4. Dios mío, qué tristeza me ha dado este post. Supongo que eso de irracional tiene la poesía, que sabes cómo te sientes ante ella, desarmado y sin palabras, pero no logras explicar por qué. Un saludo Enrique, este cisne es también un poquito como yo...

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    1. No sé qué decirte Gisselle. Gracias, tal vez. Pero a mí me afecta cómo te afecte mi post. En fin, en todo caso me gustan las personas sensibles, que sientan que un texto no es solo un texto. Espero que entiendas que el cisne no se te parece: a diferencia de ellos, a nosotros el tiempo no puede quitarnos la belleza real.

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