lunes, 5 de diciembre de 2011

Fertilidad

En la apasionada Italia, el dueño de un viñedo ha hecho un gran experimento: colocó altavoces al pie de los surcos y comprobó cómo las matas que escuchaban música, la "belísima" música clásica, crecían más vigorosamente y parían más (mucho más) y mejor (molto mejor), que las otras.

Al enterarme, comprendí por qué una parte de las mujeres del mundo paren cada vez menos.

6 comentarios:

  1. Melissa6 de diciembre de 2011, 6:04

    Pero como te había extrañado. Genial!!! prometo grabar desde ya muchos, pero muchos discos... un besote

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  2. Anónimo7 de diciembre de 2011, 7:52

    jajajaja Ay Mila, yo ni aunque escuchara todas las melodías de Beethoven creo que lograría animarme a parir, too expensive, casi un lujo por estos días.

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  3. Leydi9 de diciembre de 2011, 10:24

    A mí me gusta la música clásica..¿clasifico para ser buena madre?

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  4. Enrique Milanés León13 de diciembre de 2011, 10:32

    Melissa: La extrañadera fue mutua. Justo hoy comencé a trabajar. Nos "veremos" a menudo. Un beso.

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  5. Enrique Milanés León13 de diciembre de 2011, 10:36

    Anónima amiga: Tienes razón. Pero no me negarás que aun en los surcos de este mundo mal repartido una buena partitura ayuda a la fertilidad. Te lo dice un padre de muy triste billetera.

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  6. Enrique Milanés León13 de diciembre de 2011, 10:39

    Leydi: Las mujeres grandes, como tú, clasificarían para buenas madres aunque fuesen sordas. Pero ya que no te falta la audición, sigue escuchando buena música. Yo confío en la belleza de tus uvas.

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