Aunque algunos no se enteren, en Cuba también se acaba el año. Y una amiga me hace un regalo. Me ofrece las Obras Escogidas de Martí en tres tomos, y los tomos uno, dos y ocho de las Obras Completas que en relucientes cuadernos azules están vendiendo desde hace un tiempo las librerías cubanas.
Siendo honrado, tengo que ponerle un pero y pedirle un para:
―Es que ya tengo las ...Escogidas, pero si me las das para el niño...
Ella acepta. Yo diría que hasta se ve complacida de traspasarle las toneladas de ideas que lleva ese millar de páginas a Daniel, que tiene apenas 13 años. Y hasta se las dedica.
Yo marcho a casa, en caminata de pensamientos, alegre con mi carga. Porque no puedo todavía comprar la luenga fila de libros azules que desafían mis ansias en un anaquel, agradezco más el regalo.
Como sucede con ciertos libros sagrados, debía prohibirse vender a Martí, al menos en Cuba. ¿Hay crédito mejor para llevarlo bajo el brazo que sentirse martiano? La palabra de un Apóstol no cabe en una página. Muchos menos en un precio.
Enrique, dijo el Inmenso que las verdades elementales caben en el ala de un colibrí, y uno, que se sabe martiano desde la raíz hasta la copa, hierve como "sus verdades", tan limpias como queribles, son a veces manipuladas, y hasta escondidas, como esos lindos libritos de fino encuadernado, que te arrancan de un cuajo el salario, o en mi caso, el estipendio.
ResponderEliminarFelicidades por terminar un 2011 en el que hiciste tantas cosas bellas. Salud para ti y los que ames. Un beso desde una Habana y un Pinar no tan distantes. Anays.
Tienes razón. Igual me pasa cada vez que miro en ele stante de la librería la edición crítica de las Obras Completas de Martí.
ResponderEliminarDices bien, hay cosas que no tienen precio.
Por suerte hay personas, muchas que lo quieren. Como tú, que has podido poner su palabra en tu Pepito Martí.
Un abrazo, y también en Cuba se acaba el año, no??
Lo creo, firmemente lo creo... solo tengo el tomo III de las obras escogidas (no sé quién lo llevó a casa); y un día, en la universidad, (por ser Martí) me cayeron al bolso los dos tomos de poesía completa que tengo como guía en mi librero... Un besi.
ResponderEliminarAnays: Estoy consciente de esa cercanía habanero-pinareña. ¿Lo están ustedes del próximo Camagüey? Creo que sí. Lo bueno de sentirse martiano es que uno lo es porque sí, y una parte importante de serlo radica en no cejar. Hay en lo hondo mucha raíz para eso. Mientras compramos los libros, sigamos leyendo su alma.
ResponderEliminarAbrazos para los dos. De veras, conocerte en julio fue uno de mis mejores regalos de este año.
Sí, Leydi, se nos acaba el año. Se nos van con él esos ratos cienfuegueros. Pero, ¿quién sabe qué nos prepara Don 2012? Mientras nos dice, te deseo mucho bien, todo el que puedas cargar en tus botellas marinas. Ahora y siempre, Martí seguirá con nosotros.
ResponderEliminarMelissa: El nuestro ha sido, desde el principio, un vínculo martiano, ¿verdad? Comenzamos por las letras, por las ideas, y hoy tenemos una amistad que no precisa tantas "horas muelas", ni regalos ni re "gulas". Sé que te tengo en Cienfuegos y tú... bueno, tú sabes también.
ResponderEliminarQue el 2012 nos pague la deuda. Un beso.
Mi Mila, a todos los que amamos a Pepe nos pasa igual, y no sé tú, pero yo de vez en mes paso a re-verlos y me torturo, como quien va cada cierto tiempo a una tienda a ver si ya se vendió el vestido que tanto le gusta y nunca va a poder comprar, soñando que vendrá una rebaja milagrosa. Quizás haya que cantar como X, "tengo fe en que cambiará"... Haces bien en agradecer mientras tanto esta amiga, los buenos tienen que tener suerte, de una forma u otra.
ResponderEliminarSí, María Antonieta. Ese fue uno de los regalos que me dio el 2011, pero el ser humano es inconforme: yo quisiera tener todos los tomos. Pero, bueno, otro año será. Llevo año abogando por la suerte de los buenos; me gusta que ores por lo mismo. Amén y Amen (no importa la fórmula si ayuda al bien).
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