Lejos de pedir otras nuevas, en usufructo, Don Alonso Quijano vendió buena parte de sus tierras de labranza para comprar lo que más nos falta ahora: libros de caballería.
La esperanza y un sentido pleno, útil para la vida es algo por lo que bien se puede vender muchas "riquezas". Qué falta le hace a estos días un usufructo con el Amor, ¿eh? Bravo, Mila. Pequeño y grande tu post.
La esperanza y un sentido pleno, útil para la vida es algo por lo que bien se puede vender muchas "riquezas". Qué falta le hace a estos días un usufructo con el Amor, ¿eh? Bravo, Mila. Pequeño y grande tu post.
ResponderEliminarSí, Rogelio, nos hace falta millones de hectáreas de amor. Gracias por respaldar esta quijotada.
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