Nunca antes habían reparado en su estatura. Rebasados en toda la línea por aquella intrusa descomunal, un día reunieron todo su capital en diamantes y pagaron una página en el New York Times:
—Permutamos una Blanca Nieves grande por siete granizas pequeñas - clamaban los enanitos.
Siempre que te leo termino sorprendida.
ResponderEliminarSolo espero que por mi tamaño no me cambies por una enanita :)
Gracias por esa sorpresa. Sabes que no te cambiaría por nada (¿eso no suena a balada?) porque te he dado muestras de mi incorregible apego al mar y, en tu caso, a la Mar.
EliminarMila, yo como siempre, con mis ideas incendiarias. Se me ocurre que podríamos secuestrar a la Blanca Nieves y trucarla por catorce lluviecitas, que mira la falta que nos están haciendo. Seguiría siendo buen negocio jajajaja Un beso
ResponderEliminarPodemos, podemos proponerlo María Antonieta. Con este cambio climático cualquier cosa puede pasar; quizás Blanca Nieves, derretida por tanto calor, fuera ya más pequeña que los siete compañeros.
EliminarA Tunie la vamos a enviar para la comisión de innovadores y racionalizadores....
EliminarSí, Leydi, o al Departamento de versiones de Walt Disney.
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