Perdonen mis amigos esta ausencia tan larga. Me he perdido muchos días, y faltaré más. Es que, después de un tiempo, me esperó en casa una tarde y fue al grano. Ella es una muchacha más que absorbente que no acepta un No por respuesta.
Sus abrazos me desordenan y sus besos son pura electricidad. Apenas me deja pararme de la cama. Y yo tengo que hacer ese papel de hombre del que tanto hablaban los abuelos y tratar de seguirle el paso, aunque sea trastabillando.
Sé que entenderán por qué no puedo escribirles por ahora: estoy más que ocupado con una de mis novias de primera juventud, la irresistible Sacrolumbalgia.
Oyeeee, como te he extrañadooooo!!!! y voy a tener que fajarme con esa Sacrolumbagia, porque no te puede robar así como así.
ResponderEliminarGenial es post... me creí otra cosa, jajajja. Un besi grande, de blog a blog, del iris a las (no) muelas.
Gracias mil, gracias, Mel, pero no te fajes, que ahora no puedo defenderte. Un beso.
EliminarPobre Mila!, ojalá te recuperes pronto de esos abrazos tan efusivos, vaya novia la que te has buscado. Saludos Liset
ResponderEliminarNo te preocupes, Liset; ya nos estamos peleando.
EliminarMila, que mala chica esa. Quisiera, como a mi madre, quitarles tanto dolor corporal que golpea almas tan buenas y nobles como las suyas.... por demás, se te extraña, muchísimo....
ResponderEliminarmariposas
cl
Carmen Luisa: Tu deseo es tarapéutico; ya me mejora. Gracias.
EliminarPobre Enriquito... muchos besitos para esa espalda, a ver si la piruja Sacro se pone celosa y te deja tranquilo.
ResponderEliminarMariam: Con esa cura, ya ni recuerdo qué tenía. ¿Por fin era amigdalitis o pies planos...?
Eliminarjaja, qué novia más traviesa esa!!
ResponderEliminarun abrazo, y que mejores pronto, para no saberte ausente del caimán.
Leydi: Ya casi estoy de vuelta, pero no me negarás que un caimán con sacrolumbalgia es un peligro... ¡se puede ahogar!
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