La anécdota es vieja, pero no por eso pierde lozanía. Entonces, mi hijo tendría unos cuatro años y frente a un arbusto de hermosas chirimoyas mi hermano Iván, en pose de tío generoso, le preguntó cuál era su fruta preferida.
Daniel no tuvo que pensarlo:
―¡El bistec!
ajjajaja, pero que Daniel tan inteligente, jajaja. Un besi
ResponderEliminarSí, Melissa, ese día quise darle el título de bachiller. Ha sido su tesis más interesante.
EliminarSí, qué Daniel ese!
ResponderEliminarpero sabes..me encanta la chirimoya, esa foto decididamente ha despertado mi hambre!
Pues ahí la tienes, al alcance de tu mano. Puedes lanzar al mar botellas con jugo de chirimoya.
Eliminarno, me la como yo solita!!! jajaja qué egoísta me pone la chirimoya!!
EliminarJajajajajaja, pillo pillo. Ya sé que decir la próxima vez que me pregunten
ResponderEliminarEstá bien, Mar, pero no seas muy radical; esa es una respuesta complicada...
Eliminaroye el mila yo suscribo la posición de daniel¡ el bistec y de carne de vaca¡¡¡¡¡
ResponderEliminarOye, Alejandro, mi niño no dijo eso... Cito textual: él dijo el bistec, puede ser de claria, por ejemplo.
EliminarCasualmente tengo dos chirimoyas maduritas, listas para un buen jugo o batido, tal vez pueda brindárselas a Daniel, porque, la verdad, su fruta preferida está difícilllll...
ResponderEliminarCariños para ti y para él
Gracias, María del Carmen. Dos chirimoyas son excelente regalo, aunque no se coman fritas.
EliminarBistec es un sustantivo que puede ser subersivo en Cuba y costarte tiempo en la carcel si lo compraste a la persona equivocada, o lo obtuvistes de la res que criaste
ResponderEliminarAmig@: Se pueden hacer muchos análisis semánticos del término. Yo siempre me quedaré con la versión, con la visión, espontánea de un niño.
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