Cuando ella estaba, los días eran signos de exclamación; las horas, paréntesis cargados de buenas sorpresas, a las cosas más simples les caían comillas del Cielo y, de tanto imitarla, el punto —tan breve, tan gordo, tan pobre— se enamoró de la plástica coma y se le unió, hasta que un borrón de envidia los separe, haciendo un gran aporte a nuestro idioma.
Hablando de comas: si estaba con ella infringía las reglas y brincaba las comas para no perder segundos. Jamás fui multado. Y cual guerrilleros, en amplios corchetes nos escondíamos a dispararnos palabras, con risa y con causa.
Nunca hizo falta un $igno afortunado porque hacía mucho habíamos saqueado al mundo de toda fortuna.
Con ella, hasta el slash me salía derecho y los numerales (que por buena razón olvidaron contar) sugerían hondas metáforas. Juntos, recibíamos arrobas de satisfacción, aun escasas en París. En fin que, desde su llegada, cambió la Matemática y todas las cosas pasaron a ser menor que… ella.
Sin ella… bueno, sin ella esta historia se escribe distinto: de derecha a izquierda, de abajo hacia arriba… se convierte en árabe el viejo español.
Sin ella callaron los firmes acentos, murieron, sin nombre, asteriscos de rancio abolengo, sin ella es la vida (lo escribo muy fino) maldita, cabrona, interrogación.
jajaja...¿qué preguntas?
ResponderEliminarEsa es la pregunta, Leydi, ¿qué pregunto? Gracias por regresar, muchacha.
Eliminarme pongo celosa :(
ResponderEliminarHaces bien en ponerte celosa, aunque con mi inclinación por el Mar, puede que /)_";Ç
EliminarUfff!!! pero ella, tiene que ser muy ella.... besitos, está bellísimo...
ResponderEliminarGracias, Melissa. Me alegra mucho tu vuelta. Te extrañaba.
EliminarQué... enigmático! Me atrapa, más aún. Abrazo.
ResponderEliminarAbrazo, Anays. Mirándolo bien, el enigma se puede representar así: ¿ ? Gracias por regresar.
Eliminar!!!!¡¡¡¡¡¡¡¡¡ = precioso Mila
ResponderEliminarmariposas
cl
¡Qué bueno que te guste, Carmen Luisa! Si es así, valieron algo esas letras, signos y caracteres.
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