¡Pobre de ella, qué poco le duran los novios! Todos llegan con cara de angustia, toman lo que pueden y se van sin mirar atrás, felices, sin remordimientos ni recuerdos de esta férrea Penélope.
Al final, en la noche, sus pretendientes diurnos terminan en cama distante abrazando a otra. Y el caso es que, a su edad, pasan de miles los romances fallidos y sigue sola, como viuda virgen, la parada.
Al final, en la noche, sus pretendientes diurnos terminan en cama distante abrazando a otra. Y el caso es que, a su edad, pasan de miles los romances fallidos y sigue sola, como viuda virgen, la parada.
jajajajja, genial!!! estuve fuera unos días, pasé por Camaguey e hicimos lo imposible para poder verte, pero nada, fue muy rápido. Hablamos mucho de ti, mucho y bien, con Juan Morales y Ronquillo... y me sentí muy orgullosa de decirles: Mila es mi amigo... y extrañé no leerte en estos días. Un besooooo, ya de regreso en tu blog...
ResponderEliminarMelissa: Yo estoy orgulloso de ustedes tres, tres grandes amigos. Aun en silencio siempre estoy hablando de ustedes.
ResponderEliminarqué susto, por un momento pensé que estabas hablando de mí..uf, déjame respirar, que la única solterona no soy yo..también está la parada..jajaja
ResponderEliminarNo te compares con la parada, Leydi. Cualquier día de estos, un buen pasajero te lleva para siempre.
ResponderEliminarPues al menos yo estoy bastante tiempo a su lado, y pienso mucho en ella. Realmente no es tan solterona...Abrazo.
ResponderEliminarAnays, también yo soy de sus pretendientes más firmes: a veces pareciera que no la quiero dejar nunca. Abrazo.
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