jajajajajajaj... buenisísimo.... Suerte esa de Van Gogh, se libró de mucho. Un besi.
Así es, Melissa, no hay que ser un genio: cualquiera se cortaría sus orejas ante ciertas lenguas que envenenan el mundo por ahí.
Por eso pintaba girasoles, para escuchar los rayos del sol.Besos marinos.
Y pintaba trigales como este, que encandilaban con su luz a los cuervos maledicentes. Y lirios en flor, y rojos viñedos y cálidos comedores de patatas y noches estrelladas... Te cambio todo eso por tu beso marino.
Magistral, Enrique, ha sido y seguirá siendo un placer entrañable, visitar tu sitio para alimentar buenamente el espíritu.
Gracias, José. Es aún mayor el placer de reunir aquí espíritus afines que le dan sentido a estas letras. Un saludo.
jajajajajajaj... buenisísimo.... Suerte esa de Van Gogh, se libró de mucho. Un besi.
ResponderEliminarAsí es, Melissa, no hay que ser un genio: cualquiera se cortaría sus orejas ante ciertas lenguas que envenenan el mundo por ahí.
EliminarPor eso pintaba girasoles, para escuchar los rayos del sol.
ResponderEliminarBesos marinos.
Y pintaba trigales como este, que encandilaban con su luz a los cuervos maledicentes. Y lirios en flor, y rojos viñedos y cálidos comedores de patatas y noches estrelladas... Te cambio todo eso por tu beso marino.
EliminarMagistral, Enrique, ha sido y seguirá siendo un placer entrañable, visitar tu sitio para alimentar buenamente el espíritu.
ResponderEliminarGracias, José. Es aún mayor el placer de reunir aquí espíritus afines que le dan sentido a estas letras. Un saludo.
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