Enrique!!!Sé que estoy al perder la militancia blogosférica y que el caimán debe haberme olvidado, pero yo no a él, y aunque me quiten el carnet sé que tu amistad me perdonará los días de ausencia. Mas sino he visitado tu portal, sino me he mecido en tus sillones, ni he probado el café tan cubano que sirves con las letras de tu lagarto magnífico, juro, Enrique, que te he pensado. Es que me da la cosquilla de hacer amigos, de los buenos, y recuerdo que en Camagüey tengo uno. Pensar en mis amigos me pone feliz...Ojalá te sientas mejor, aunque eso signifique ponerle fin a tu relación con esa muchacha sexy. De cualquier modo te envío un par de abrazos medio brujos y medio medicinales, a ver si te pones bien, ya sabes, entero como el picadillo. Abrazo.
Anays: Tu abrazo te salva el carné. Creo que ya estoy mejor. Han sido pocos pero grandes los amigos que se ocuparon de enviarme pastillas de cariñosepán. Y yo que soy adicto... Sé que has estado pendiente de mí. Me lo ha dicho J., pero si no lo hubiera hecho, yo lo sabría igual. Pues bien, el caimán está aquí, coleando un poco más lento ahora, pero dispuesto a recuperarse y seguir dando lucha por ustedes, que son su razón. Dos abrazos.
Mar, creo que cuando descubra cómo se me ocurren, ya no se me ocurrirán. Yo pudiera hacerte la misma pregunta y el mismo elogio: aunque te lo he sugerido, no tienes idea de cuánto admiro tu capacidad de resumir y contar de manera tan auténtica. Naufragar un día en tu blog es de las buenas cosas que me han pasado.
Excelente minicuento, te voy a llevar conmigo para el curso, ahora en junio, jajajaja... un besoteee, Meli.
ResponderEliminarBueno, Melissa, pues allá iremos, a comer filetes de dinosaurio todos los días. Un beso.
EliminarEnrique!!!Sé que estoy al perder la militancia blogosférica y que el caimán debe haberme olvidado, pero yo no a él, y aunque me quiten el carnet sé que tu amistad me perdonará los días de ausencia. Mas sino he visitado tu portal, sino me he mecido en tus sillones, ni he probado el café tan cubano que sirves con las letras de tu lagarto magnífico, juro, Enrique, que te he pensado. Es que me da la cosquilla de hacer amigos, de los buenos, y recuerdo que en Camagüey tengo uno. Pensar en mis amigos me pone feliz...Ojalá te sientas mejor, aunque eso signifique ponerle fin a tu relación con esa muchacha sexy. De cualquier modo te envío un par de abrazos medio brujos y medio medicinales, a ver si te pones bien, ya sabes, entero como el picadillo. Abrazo.
ResponderEliminarAnays: Tu abrazo te salva el carné. Creo que ya estoy mejor. Han sido pocos pero grandes los amigos que se ocuparon de enviarme pastillas de cariñosepán. Y yo que soy adicto... Sé que has estado pendiente de mí. Me lo ha dicho J., pero si no lo hubiera hecho, yo lo sabría igual. Pues bien, el caimán está aquí, coleando un poco más lento ahora, pero dispuesto a recuperarse y seguir dando lucha por ustedes, que son su razón. Dos abrazos.
EliminarCómo se te ocurren estas historias??? Me encantan!!!
ResponderEliminarMar, creo que cuando descubra cómo se me ocurren, ya no se me ocurrirán. Yo pudiera hacerte la misma pregunta y el mismo elogio: aunque te lo he sugerido, no tienes idea de cuánto admiro tu capacidad de resumir y contar de manera tan auténtica. Naufragar un día en tu blog es de las buenas cosas que me han pasado.
Eliminarsh..Mar no sabe que también nos encantan las suyas, eh?? jaja
Eliminarya veo que lo de aplicar para el minicuento -como dijo Tunie una vez- es en serio!!
Así es Leydi: el gusto por las olas de Mar es otra de nuestras coincidencias.
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