Desde que aquel gigantesco holandés llevara de su país los materiales de entrenamiento, la tribu Trucutú echó a un lado el canibalismo y dedicó todas sus energías al estudio y la innovación.
A los quince días de ayuno los reclutas ya sabían qué les sugerían las relucientes dianas. Llevaron en andas corteses al señor Hansweilsenn hasta el borde de la catarata y allí, con la mayor precisión, ejecutaron su primer ejercicio de tiro al blanco.
Buenísimo!!!!! jajajajjja.... estás apretando con los minicuentos, un beso grandote, desde el mar.
ResponderEliminarGracias, Melissa. Tu opinión de especialista en minicuentos es importante para mí. Avísame cuándo serás jurado para competir. En serio, un beso.
EliminarMila, lo de yo ser jurado está difícil, jajajjajja, pero sí te puedo asegurar que tendrías las puertas abiertas para el Dinosaurio. Sale en diciembre, te enviaré la convocatoria. Pues he leído unos cuantos de los premios, y por ejemplo, el anterior, la versión sombre Metamorfosis, bien bien, era premio seguro. En serio, un besote...
EliminarBueno, pues mándala. Con premio o sin él, celebramos en tu tierra. Un beso.
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