Pocos seres hay en el mundo tan malcriados como una madre. La mía es un desastre: desde niño le prohibí ponerse vieja y, después de tanto tiempo, pasados sus setenta, se me empezó a descarriar: una cana rebelde, una arruga a escondidas, un cansancio insurrecto… hasta que perdí todo control sobre sus años.
A tiempo la regañé:
—No te enfermes, que eso casi nunca es bueno para la salud.
Pero ella es así; apenas escucha la voz de la inexperiencia: un día se junta con esa desaliñada muchacha, la alta presión arterial, otro se le hinchan los pies por no estarse tranquila y alguna vez deja que su espalda duela.
Entre nosotros, sin que nadie se entere: no me caen nada bien esos achaques con que sale de casa mi madre; no es buena esa juntamenta.
Hay que ser responsable. Hay que aconsejar a los jóvenes y pedirles que lo piensen bien antes de tener una madre. Porque después les sale malcriada y no podrán controlarla.
Cierta vez perdí la calma y le hice a la mía una prohibición terminante:
—¡Nunca te puedes morir!
Espero que me obedezca, porque, con todo y lo que recomienda la psicología, si en eso no me hace caso será la primera vez que yo le pegue a mi madre.
Hermosísimo Mila!!!! un beso enorme para ti y tu mamá. Muasssss
ResponderEliminarGracias, Melissa. Le daré tu beso, pero ya sabes que es muy malcriada; a lo mejor pide otro.
Eliminardivino!! está de chuparse el post..que diga, de chuparse los dedos!! jaja
ResponderEliminarLeydi: ¡Qué bueno que te guste! Yo leí el tuyo en JR. Me gustó mucho, y me gustó ver multiplicada tu sensibilidad en páginas impresas al alcance de muchos cubanos que precisan botellas, o al menos buenos tragos, para vivir.
Eliminarestelar el mila, ojalá oigan consejos nuestras madres malcriadas y dejen de inventar con las malas compañías, al final eso será también "por nuestro bien". saludos desde aqui mismo.
ResponderEliminarClaro, Alejandro: Esperemos que se disciplinen un poco. ¿Qué seríamos sin ellas?
EliminarMila: Traté de escribirte ahorita y se me fue el comentario, pero insistente al fin, aquí estoy de nuevo.
ResponderEliminarTe decía que hace mucho no entraba a tu blog, por razones obvias y que tú conoces.
En un Día como el de hoy sabía que nos tendrías algo como esto: ESPECIAL.
Felicito por aquí a tu mamita y sí, disciplínala. La mía ha estado un poco desobediente en los últimos tiempos, pero estamos empeñados en no tenerle que pegar, por eso la cuidamos tanto. En mi blog hice algo por este Día, por supuesto nada como esto, un besito.
Gracias, Cuqui. Valoro mucho que hayas dedicado un minuto, en medio de tu situación, a leer esta estampa y a comentarla. Ojalá que, junto con la disciplina, a las nuestras y a todas las madres del mundo les abunde la salud. Nos hace falta a todos.
EliminarEres brillante, y muy significativo, en todos tus artículos, me gustan mucho, y me conmueven, principalmente, una nota de tu infancia, Miguelín, la he leído, tantas veces que ya he perdido la cuenta, y no deja de conmoverme, saludos, un besito,I.C.Tía
ResponderEliminarGracias por repetir esa lectura. Estas letras están hechas para que alguien las lea. Así como a Miguelín, veo casi todas las cosas de nuestra infancia, la mejor etapa, para mí, con todo y los tropiezos. Supongo seas Idania. No pierdas el contacto: por mucha distancia que haya en apariencia, nada nos aleja de nuestra raíz. Un beso.
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