La culpa la tiene una vaca calenturienta, muy famosa en Cuba a fines del siglo XX. El trovador Pedro Luis Ferrer cantó en una guaracha, que casi se convierte en himno, su retrógrada exigencia: ella no pedía autos ni otros regalos (como casi siempre escriben los autores musicales de hoy de sus musas femeninas); simplemente quería seguir a la antigua.
Al menos en Camagüey parece haber funcionado la maldición de la vaca: se nos acaban los inseminadores. Unos creen que por escasa promoción de este perfil veterinario; otros, que por el ocaso de una añeja tradición ganadera, y algún romántico o barroco argumenta que no tiene sentido meter la mano en el “asunto” trasero del animal porque estas vaquitas de ahora sí que saben amar por cuenta propia.
Yo tengo mis sospechas: veo en este caso policial la pata manchada de Pijirigua, que aun veterana, múltiple superabuela, seguro lanzó en un mugido un hechizo vacuno para extinguir de esta tierra de ardores a los intrusos que (con tan bajo peso, con par de piernitas, carentes de cola y hasta intolerantes a eróticos cuernos) pretenden cambiarle por frías jeringas, guantes de latex y nula cosquilla la monta directa, espontánea y carnal de ese toro que en pleno potrero la hace sentir que ella, y ninguna otra del rebaño, es la vaca más loca del mundo:
—¡Múuuuuuuuuu…!
Enrique: cuidado la vaca no tenga Internet y sepa que has escrito de ella...porque si se le ocurre ir a vivir contigo, habrá rana celosa!!!
ResponderEliminarLeydi: En ese caso (en esta casa) lo que menos me preocuparía sería las disputas de harem entre una rana y una vaca; sería que con lo fogosa que es Pijirigua... ay mi madre...
EliminarAy, sí, que dejen a las vaquitas hacer lo suyo como debe ser, que digo yo que la vía natural debe ser menos traumática y dar mejores resultados, además de ahorrar presupuesto en instrumental y etcéteras jajajajaja Voto por la Piji y su satisfacción vacuna.
ResponderEliminarMaría Antonieta: Si te postulas para alcaldesa del potrero, seguro las compañeras vacas te eligen unánimemente. Tu eslogan de campaña podría ser: ¡Coge tu toro aquí, lo natural es lo natural...!
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