Cuando tocaba a la puerta de una familia amiga, un hombre que pasaba y después se declaró albañil me pidió la hora.
Le di toda la que traía encima: las 8 con tantos. Me pagó con sus gracias y antes de voltear para irse me dijo, más que preguntarme:
―Usted es cristiano, ¿verdad?
―No, no soy -respondí invalidando su pronóstico.
―¡Que raro... yo juraría que tiene cara de cristiano! -susurró casi contrariado mientras seguía su marcha.
Se fue con mis minutos. Yo me quedé con sus gracias; aun las tengo. Cuando me abrió la puerta, sorprendí a mi amiga con un saludo distinto:
―Irma, ¿cuál es la cara de un cristiano?
Bueno, yo tampoco sé, pero si el señor se refería a que tienes cara de confianza, de buen hombre, pues tenía toda la razón... a mí también me pasó eso cuando te vi por primera vez (y me sigue pasando). Un beso grande.
ResponderEliminarMelissa: Esa Eva que eres me mira siempre con unos ojos... Gracias a ellos, y a su dueña, y a la muchacha que escribe sus asomos. Un beso.
EliminarTienes cara de ángel... eso debe ser.
Eliminar¿Tú crees, Mar? Te voy a dar un cita.
EliminarEnrique, aunque no comente siempre no significa que no te lea. Comento cuando accedo a la cibergalaxia, que a veces se me esconde, se me escapa. Pero cuando regreso, antes de revisar correos, sitios de debates y otros blogs, vengo a tu caimán a hacerte la visita. Jesús me dio tu abrazo de ayer, y con el de él siempre va el mío para ti. Cuídate y cuida a tu caimán, que sin apenas conocerle se le quiere.
ResponderEliminarAnays: Ya he oído no solo que me lees, sino de la promoción que haces a lo que ofrezco (¿a cómo propones, entre tus amigos, la "libra", o el libro, de caimán) y por ello te agradezco más. No tienes que hablarme de los ciberproblemas; esos se conocen. Por sobre ellos, yo sé que al otro lado de estas letras cuento con tu aliento. No hay fortuna mayor.
EliminarFlaco, cara de cristiano no se si tienes, pero un buen cura si que hubieras dado
ResponderEliminarRafelito, con tu comentario me pasa como con la pregunta que motivó este post: me llena de interrogantes, pero no puedo escribir otro. Sería infinito. Gracias por volver por acá.
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