domingo, 4 de marzo de 2012

Intuición

Por alguna razón, desde pequeña, la ola tenía fobia al agua y se resistía a aprender a nadar. El tiempo le dio la razón: una vez dominadas las brazadas, en un estilo libre digno de olimpiadas, la gran ola murió no más llegada a la costa.

6 comentarios:

  1. ups, no me digas eso, mira que yo tampoco sé nadar... Ah, pero tengo un pacto con el mar, porque le lanzo botellas...

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  2. Leydi: El mar hará contigo como esas fieras nunca domesticadas del todo: te dejará vivir mientras le des en la boca su comida embotellada. Serás una mensajera centenaria.

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  3. Bueno, bueno... pero que las olas resurgen, al menos, quiero pensar así. Un besoteeeee.

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  4. Yo también quiero pensar así, Melissa, pero esta es la historia real de una ola ya fallecida. Me la contó una de sus hijas.

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  5. Aunque se han declarado devotos del mar, no sé por qué intuyo que tampoco ustedes hallan seguridad y apoyo y punto de partida en él.

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  6. Yanetsy: La seguridad en el mar es algo bastante relativo, es cierto. El apoyo y punto de partida sí creo que son indudables. No conozco a nadie que provenga de él y no le inspire cosas buenas.

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